sábado, 14 de junio de 2008

Encontrado un 'unicornio' en la Toscaza


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Léelo y contesta a la pregunta

Raúl es mi hermano y un hombre inclasificable. Le duele equivocarse casi tanto como a mí me gusta corregirle. Cuando lo hace, me siento a su lado, y al oído, para evitar que nadie le oiga, le enmiendo en lo que pueda. No miento si digo que lo hago, muchas veces, sin conocimiento de causa.

Él pasa por un idiota rezumado que con mucho esfuerzo ha conseguido no parecer imbécil. Yo aseguro que no lo es, es mi hermano y aunque no aprendiera a hablar antes del preescolar, y mi tío Poli, un desalmado, lo llamara tonto, es el tipo más prodigioso que he conocido nunca, un genio.

En una comida de familia, una de tantas, le vi robar sopa del plato de mi tía, muy lentamente, tanto que pensó que nadie le miraba. Cuando metió la cuchara ardiendo en su boca, solo a mí, mientras los otros reían, me tocó decirle algo. Algo como “¿Estas loco?” o algo de eso. Tan proverbial e inútil que se cepilló los seis caldos que quedaban en diez minutos dejando intacto el suyo. Prodigioso.

Yo trabajo las noches de los miércoles a los sábados poniendo copas en un local cercano a Gran Vía. Tardo unos veinte o veinticinco minutos, según el día, la noche y el viento en llegar a mi casa, en patines. Las noches de los miércoles son un suplicio. La calle la riegan antes, justo a la hora en que me calzo los patines para irme. Me deslizo palpitante entre los chinos, las putas y sus chulos; gente obscena y farsantes. Ellos me dan miedo, me deslizo como un rayo para que se me pase antes el miércoles, que es un suplicio. Mi hermano dice que soy un temerario, que voy a tener un accidente. No está falto de razón porque hoy, un miércoles, me he caído. Tengo las rodillas rascadas, en carne viva, me he fastidiado un codo, un hombro; me duelen las caderas. Y lo peor, sin embargo, es que he atropellado a un unicornio. Se recupera junto a mí, en la cama de a lado.

Llega mi hermano, me trae bombones, que él mismo ha hecho, porque le encantan las confituras y el dulce. Me dice:

- Hola hermano.
- Hola –le digo.
- ¿Qué tal estás? –me dice.
- Mejor –Le digo.
- Eso está bien –me dice.
- Si –le digo

Mira un segundo a la cama de a lado; no quiere verle.

- Sabes perfectamente lo que has hecho –me dice.
- he atropellado a un unicornio –le digo.
- ¿Podemos quedárnoslo? –me dice.
- No sé. Creo que debes preguntárselo a él –le digo.

Mi hermano y yo vivimos en un piso de treinta metros con un unicornio. Cuando se enfada, solo mi hermano sabe calmarle. Estamos muy preocupados porque no sabemos qué darle de comer.

¿Qué come un unicornio doméstisco?


Nahuel y Otras

La Croaca, 14 de Junio de 2008

5 comentarios:

  1. es un sacrilegio tener a un unicornio en casa, sobre todo porque creo que pincha las ruedas de los patines.
    No sé muy bien lo que come pero creo que todo sin sal.

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  2. Una vez tuve uno. Siempre agradecen unos buenos caracoles batidos aderezados con una suave crema de lombrices blancas.

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  3. Es un animal muy agradecido. En mi casa le damos de todo, incluso cocinamos arroz para él. En agradecimiento utiliza su cuerno para purificar las aguas. Por eso le queremos tanto.

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  4. Lo que mas les suele gustar son los rayos de luna `pero aveces tambien setoman aperitivos de brisa marina AUNQUE lo que les alimenta de verdad son los grandes grandes besos de madre sus postres preferidos son los aires de libertad`.

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  5. di NO a los unicpornios de postín. y más si viajan por carreteras y no por arcoiris.

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