martes, 3 de junio de 2008

El yoga convierte a los soldados en máquinas de matar


Léelo realizando la posición de loto (padmāsana). Y escucha el silencio más lejano.


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Con la pierna rodeando su propio cuello, la cara enrojecida del esfuerzo, dándome como siempre una lección “necesaria”:

“No puedes permitir que turben el camino”

El sentido no lo entendía. Seguía con mis estiramientos mientras cerraba los ojos. Llevaba unas semanas en las que todo me pesaba menos, incluso yo mismo. No me costaba ni siquiera levantar mi propio cuerpo y dejarlo caer cuando me pareciera. Le seguía dando vueltas a lo de mi cometido, que sería desvelado en las próximas dos semanas. Todos estábamos allí por algo. Todos encaminados a conseguir esta unificación de la razón y el cuerpo. Todos obligados a la no trascendencia. A no ser materia.

Desde que había aprendido mi primera āsana mi cuerpo había experimentado algunos cambios. Mis brazos se habían vuelto largos, lo que me permitía recoger cualquier cosa del suelo sin ni siquiera inclinarme, mi cuello había ganado unos centímetros más, lo que hacía que mi cabeza se tambalease —la solía dejar reposar sobre mi hombro— y mis piernas habían ganado en elasticidad, lo que no siempre me permitía tenerme en pie. Me caía constantemente, y mi cuerpo deforme no me dejaba hacer una vida normal. Pero todo iba a tener una explicación. Me veía cerca de la liberación, o así me lo quería hacer ver Gurdev. Si nosotros conseguíamos esa liberación, nos encomendarían transmitirla al pueblo. Tenía sentido. No más guerras. No más violencia. Encauzar a nuestra gente por el camino de la razón y de la paz.


A. Nieto


La croaca, 03 de Junio de 2008


6 comentarios:

  1. Mira que yo estiro y estiro. Que si por la mañana, que si por la tarde, después de merendar, antes de cenar. Pero nada. Sigo sintiéndome materia. ¿En dónde reside la clave?

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  2. Me imagino a una horda de indios de chicle, en plan el Elasticgirl, capaces de dar puñetazos a kilómetros de distancia. Además, lo de poder apoyar la cabeza en el hombro tiene su punto.


    Ahora, no me gustaría que ninguno de estos me diese clases de relajación, y, añado: ¿No se supone que el yoga sirve para encontrar NUESTRA PAZ INTERIOR?

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  3. Estos son entonces los policias del karma?

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Claro que sí!
    Ahora comprendo la canción de radiohead.

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  6. . . .unos brazoos tan largos como para abrazar a manuel uribe . . . :) :)

    1 saludo del sol xa todos ^^
    p.d: comentario totalmente espontáneo

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