martes, 27 de mayo de 2008

La Junta de Myanmar saca adelante su referéndum en las zonas del desastre

Léela con la Declaración Universal de los Derechos Humanos en la mano y como si taosalamandra no hubiera escrito sobre la misma realidad.

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15 años, 1,70 cm, tez oscura y ojos negros. Eso que los occidentales calificaríamos “de atractivo exótico”. Su situación, quizás no tanto. Ha perdido a sus padres, sus hermanos están desaparecidos y su casa forma parte de los escombros. Por si esto fuera poco, los militares del gobierno han estado más preocupados estos últimos días de sacar adelante la polémica consulta que de la catástrofe que ha asolado la vida de millones de personas. Ah! Tiene nombre propio pero, que más nos da, si para nosotros no es más que uno de esos muchos que provocan que cambiemos de canal cuando aparecen en un vídeo del telediario. Claro, es que no estamos para miserias humanas. Con lo nuestro tenemos bastante.

Dolor, desesperación, impotencia y una lista que se podría alargar eternamente hasta fundirse con la línea del horizonte.

Myanmar, la antigua Birmania, contempla cómo las cifras bailan constantemente y, lo que es peor, siempre en aumento. El secretismo que mantiene la dictadura impide la transmisión de datos. Se habla de 25. 000 muertos y el doble de desaparecidos. Muchas vidas se han perdido tras las primeras horas del desastre, que eran de especial relevancia para ayudar a los atrapados bajo los escombros.
Es uno de los países más pobres y sufre el mal del tercer mundo: riqueza de recursos económicos echada a perder por la mala gestión de las autoridades, más preocupadas por mantener un régimen represivo y arcaico. Sus víctimas soportan una inflación anual del 35 % que tienen que afrontar con un dólar al día.
Un millón y medio de birmanos ha vuelto a nacer tras sobrevivir al devastador efecto del ciclón pero, lejos de poder alegrarse, su impotencia aumenta a cada minuto al ver cómo los militares saquean las pertenencias que encuentran en los cadáveres de sus familiares. Los soldados tienen armas; la población, miedo. El país está aislado y las comunicaciones con el exterior son una utopía.

La Junta Militar acepta la llegada de ayuda internacional, eso sí, siempre y cuando sean los militares quienes la administren. En pleno siglo XXI, un gobierno formado en 1962 no sólo ha mantenido bajo la más dura represión y la extrema pobreza a todos los habitantes de un país, sino que se niega a salvar vidas o socorrer a las víctimas de un ciclón. No les advirtieron, no evacuaron las zonas que corrían el riesgo de sufrir las consecuencias de este desastre cuando pudieron y ahora, a la vez que amontonan los sacos de víveres- llegados en primer lugar de Tailandia y China, por eso de que son países “amigos” del régimen birmano- se ocupan de desarrollar la línea política adecuada que mantenga a la dictadura en el poder el máximo tiempo posible. Entre una gestión y otra desalojan a los vecinos de sus casas con la excusa de comprobar el estado de los inmuebles; el objetivo real, llevarse todo lo que encuentren a su paso.
Semanas después del desastre, la Junta Militar se niega a aplazar un referéndum y convoca a las urnas a la población; no a toda, pues un tercio se debate entre la vida y la muerte. Mientras tanto, los del primer mundo nos compadecemos de ellos, rezamos para que nunca nos pase lo mismo a nosotros y pasamos impasibles las páginas de internacional del periódico con la excusa de que las imágenes de lo ocurrido pueden dañar nuestra sensibilidad.
Sus miles de exiliados políticos consiguieron huir de uno de los gobiernos más corruptos del mundo y lloran ahora a quienes se han quedado bajo las aguas. Expertos de la Cruz Roja y ACNUR han sido enviados a la zona afectada. Los primeros intentarán que las ayudas desbloqueadas por la federación internacional vean la luz y los segundos, por su parte, lucharán por atender a los refugiados que, desgraciadamente, van camino de convertirse en uno de los colectivos más numerosos.

Los alimentos escasean, los precios están por las nubes, el número de muertos crece sin parar y, lo peor, hace falta que ocurran catástrofes de esta índole para que Occidente reaccione. La gente que habita los países menos desarrollados del mundo ha tenido la desgracia de vivir desde finales del siglo XIX subyugados por las ansias de los imperios coloniales que, una vez rendidos, dejan estos países viviendo en la anarquía que ellos mismos se habían encargado de sembrar. Jamás podremos paliar el daño hecho pero, al menos, ayudémoslos a salir de la miseria y la desolación.

Aunque simplemente sea por aliviar nuestras conciencias.

Por nosotros.

Por Asha. Así se llama.

Renacuajo

La Croaca, 27 de mayo de 2008

7 comentarios:

  1. Un poco de realidad para anfibioticos. Claro que si!

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  2. Absolutamente genial. De estilo más periodístico que lo visto hasta ahora, pero no por ello exento de grandeza en sus palabras. A la Junta Militar le viene genial realizar ahora el referéndum, pues, como tú misma dices, un tercio de la población no vota y los otros dos están conmocionados por su tragedia. La historia de siempre se repite, y nadie hace nada para evitarlo... Gran entrada renacuajo!

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  3. Nunca nates habñía sido mejor cumplido el manifiesto,. Realidad envasada en hecho reales, y yo me atrevería adecir que en el vacío.
    Cris, yo si quieres tengo otro libro de Kapucisnky

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  4. después de esta bofetada de realidad, sólo puedo decir que taosalamandra se meta sus metáforas por donde le quepan
    que lo único que no me gusta de esta entrada es la fuente (timesnewroman ¬¬)
    y que tengo ébano de kapuscinski, que por cierto, es italiano, por si todavía lo quieres

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  5. (no tiene nada que ver con la entrada, de hecho aún no la he leído. Respuesta a lo que me habeis dejado escrito en el espacio:)

    pues si quereis coger algún dibujo...cogedlo (si están colgados ahí son para algo)

    y si lo decíais con intención de que hiciese algo para vos...puff, estoy liado con exámenes hasta mediados de julio...así que...


    un saludo

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  6. A Asha supondo que le imortará bastante poco el Referendum de la Junta Militar. Como siempre las autoridades de los más afectados se preocupan por su pueblo. Democracia directa cuando más lo necessitan. ¿No lo estais viendo? Nos estan dando una elección de derechos... no exactamnete humanos, pero derechos al fin y al cabo...

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