Léelo: escuchando el himno del pp by Dj Mariano Resident o en su versión tradicional
En el primer día de parvulitos, en una clase abarrotada de crías de orangután que no saben comportarse, el mocoso que llora sobre la teta de su maestra ya rancia, berreando porque le gustaría estar tragando aún de la de su madre, no soy yo, su apellido es Zaplana. Antes, un pipiolo ennatado con rizos de oro, un tal Mariano, hermano del otro y que tampoco soy yo, se agarró de ella pellizcándole del faldón que estrenaba y le vomitó encima ¡Qué nausea asquerosa! ¡La pobre José María! ¡Qué injusticia! ¡No se les puede dejar solos, a estos críos! Se trata de la ignorancia y los malditos, yo prometo extinguirlos. ¡Qué injusticia! ¡Qué asco! Y los siete niños que le siguen en la arcada porque no pueden reprimir su envidia ni sus ganas de llamar la atención. ¡Mundo de envidiosos!
Tampoco soy la niña autista a la que se le cae la baba ennegrecida por un bollo de chocolate que otro monstruillo, que por supuesto no soy yo, acaba de meterle en la boca. Soy el primero en compadecerme de ella. Esa acción viola los derechos humanos. Bendita sea su pena, pero éste no es tu lugar mi cielo ¡Pobrecilla endemoniada! ¡Qué injusticia! Y el bollo cayéndose. ¡Qué asco! ¡Qué pena! Se trata de los malditos, yo prometo extinguirlos. Malditos, como los otros tres que se ríen de ella, de los que no formo parte, ni pensarlo. ¡Pecadores! ¿Qué esconderán bajo el pantalón? ¡Cerdos! No toquéis a mi Esperanza. No irán al cielo. Ella, que es buena, si no se deja penetrar sí irá al cielo. A cada uno, digamos, le corresponde su lugar en el cielo y en la tierra. Y en el cielo hay un rincón maravilloso para los tontos. Ella, la niña tonta, mira a otro compañero fosilizada, en realidad sin fijar sobre él ni un poco de su atención, la pobre niña autista, la pobre Esperanza. Éste viste un traje y corbatín y gafas, el pringado de la clase ¡Dios le proteja! Le van a dar por culo toda su vida. Tiene tres años y ya calza gafas. Deja su maletín sobre la mesa. No suelta sin embargo un ejemplar de la constitución, lo mira con su cara de palomino, se sienta, abre su librillo y comienza a leerlo. Es el mejor de la clase pero ninguno le quiere ¡Qué pene! Se llama Alberto, hijo del matrimonio Ruiz Gallardón. Pero, un momento. Ese niño sí soy yo, disculpen:
“Yo, Alberto Ruiz Gallardón, visto un traje y corbatín y gafas, soy el pringado de la clase ¡Dios me proteja! Me van a dar por culo toda mi vida y añado: cumpliré los dieciocho sin saber lo que es la sodomía. Tengo tres años y ya calzo gafas y uso un maletín, que dejo encima de la mesa. No suelto mi ejemplar de la constitución porque un día juraré ante el rey defenderla, la miro con mi cara de palomino, que yo ya tengo y que se le queda a quien folla con la luz apagada. Me siento, abro mi librillo y comienzo a leerlo. Soy el mejor de la clase pero nadie me quiere. ¿Qué pene? Nadie me hace caso, incluso la puta autista es más popular que yo. Sólo la profesora arrugada me quiere un poco, que deja a Eduardito y viene a mi lado, acaricia mi nuca y me dice:
- Albertito, tu llevarás el PP al centro reformista.
- Pues menuda mierda, yo quiero ser presidente.
- Ya cariño, pero ahora está Mariano.
Lloro desconsolado, no es justo, soy el mejor, no es justo y le chupo el pecho a Don Manuel Fraga Iribarne, que me consuela complaciente. Al fin y al cabo sólo soy un niño.
Nahuel y Otras.
La delegada de clase, San Gil, retira su pecho. Lo tiene irritado. Le daremos anfibioticos a ver si se le pasa el escozor.
ResponderEliminarLlega el profesor...el típico profesor listillo y el más listo de clase que quiere ser como el empieza a hacerle la pelota:
ResponderEliminar- "No te preocupes albertito", en cuanto acabe con tus compañeros tontitos tu serás el jefe.
- Pero profe Zapatitos, no esta eso mal?.
- Recuerda siempre esto Albertito:
"Lo que esta mal y lo que esta bien lo digo yo y el resto de mis compañeros profes, y si haces lo que te decimos llegarás a lo más alto. Y sobre todo, Albertito, recuerda esto muy bien: da igual lo mal que lo hagas si consigues hacer creer que lo has hecho bien"
- De acuerdo señor profe, dijo albertito.
Pero la que todo el mundo creia que era tonta estaba escuchando la conversación y dijo:
- eso esta mal y yo nunca lo haré.
- Da igual lo que hará o no harás.-Dijo el profe Zapatitos - Aquí mando yo y digo lo que esta bien y lo que está mal. Estas expulsada.
Y mientras Albertito se estaba riendo en la esquina.
al director del cole Zapatitos se la suda lo que hagan la niña tonta y albertito
ResponderEliminarYo como soy chica, sufragista, Beauvorista y quemadora de sugetadores, tengo que habkar del futuro, un bebe- hembra- rollizo, morros de meretriz,en la esquina de la derecha, llorando a pleno pulmón.
ResponderEliminar- Eh Soralla, calla.
Y viva la G
ResponderEliminarcreo que el profesor Zapatitos está encantado con la situción. Y además mete cizaña para que se lleven aún peor.
ResponderEliminaresto es lo más serio y riguroso que se ha escrito/dicho sobre el tema en los últimos dos meses.
ResponderEliminarA mí de pequeño no me dejaban decir tantas palabrotas... Por eso cada vez que me enfado hablo así. @$%/!¿ª^*&!!
ResponderEliminarPero de entre todas las niñas había una que sobresalía. Ella estaba sentada encima de la mesa, con los pies colgando, y una serie de niños la perseguían alabándola. Ella dibujaba cosas en un bloc y miraba fijamente a las ventanas, como si fueran cámaras. De repente una niña le lanza un puñado de tierra a la boca y le dice:
ResponderEliminar- ¡A qué no sabes a que sabe eso! eh?
- Profee, Maria Teresa me ha lanzado tierra.
- Maria Teresa- dijo la profesora.- Tú que eres mayor deberías comportarte.
- ¿ A qué sabe? Contesta!- repitió Maria Teresa a la niña.
- Sabe a ti!
Ella se llamaba Ana Rosa, y ya le encantaban las mañanas.
No puedo comentar en un lugar en el que se han mezclado cosas tan dispares como San Gil, pecho, Zapatitos, sufragista, Soralla y Ana Rosa (¿?). Todos tienen en común que nunca celebrarán un cumpleaños en un Burguer King.
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