
La noticia
Léelo como si tú fueras ese inventor
El inventor del perdón debería haber explicado un poco mejor el artilugio que tenía entre manos. ¿Pedimos perdón para que esa persona deje de estar ofendida si es que no es ya demasiado tarde, o para aliviar nuestras conciencias?
Mi abuelo me ha contado millones de veces la misma historia. Él nació en Gabón y se crió en el umbral de la pobreza. A los 15 años lo intercambiaron por un cargamento de tabaco procedente de América y, como mercancía en la que se había visto convertido, partió rumbo a América. Alejado de su familia, trabajó como esclavo durante décadas, hasta que los achaques de su débil salud le salvaron, pues le desecharon por su inutilidad. En realidad, sé que me oculta información y jamás ha querido relatarme con detalles del trato vejatorio que recibió. Siempre esbozaba una sonrisa de medio lado y me decía “ahora, a dormir”.
Ahora piden perdón, ahora. No estoy de acuerdo con eso de que “más vale tarde que nunca” valga para todo. Y lo hacen por lo cometido durante un período de tiempo exacto: 1865- 1960. Se han debido de olvidar de los afroamericanos inocentes que mantienen en prisiones abarrotadas; o de los afroamericanos a los que se niegan decenas de trabajos diariamente; o de la cantidad de siglos en que fuimos comparados con animales de carga. Y no ya de los afroamericanos, también se han debido de olvidar de los indios, los hispanos…Pero eso ya no es su problema. Ya han cumplido o, al menos, ya pueden dormir tranquilos si es que alguna vez no han podido hacerlo, que lo dudo. El titular llenará sus medios de comunicación y creerán que han crecido como Democracia.
No pretendo jugar a meterme en la piel de alguien negro o blanco, pues para eso ya está Michael Jackson. Tampoco es una historia irreal porque, desgraciadamente, muchos grupos minoritarios han sufrido y, lo que es peor, sufrirán alguna discriminación por la razón que sea. Y, si no hay ninguna, a alguien se le ocurrirá la manera de seguir privando de derechos fundamentales a algún colectivo. Y alguien encontrará su momento para pedirles perdón, aunque ni siquiera sea para aliviar sus conciencias. Para que luego digan que el ser humano es extraordinario.
C. Cartes, La Croaca, Oviedo, 30 de julio de 2008
Léelo como si tú fueras ese inventor
El inventor del perdón debería haber explicado un poco mejor el artilugio que tenía entre manos. ¿Pedimos perdón para que esa persona deje de estar ofendida si es que no es ya demasiado tarde, o para aliviar nuestras conciencias?
Mi abuelo me ha contado millones de veces la misma historia. Él nació en Gabón y se crió en el umbral de la pobreza. A los 15 años lo intercambiaron por un cargamento de tabaco procedente de América y, como mercancía en la que se había visto convertido, partió rumbo a América. Alejado de su familia, trabajó como esclavo durante décadas, hasta que los achaques de su débil salud le salvaron, pues le desecharon por su inutilidad. En realidad, sé que me oculta información y jamás ha querido relatarme con detalles del trato vejatorio que recibió. Siempre esbozaba una sonrisa de medio lado y me decía “ahora, a dormir”.
Ahora piden perdón, ahora. No estoy de acuerdo con eso de que “más vale tarde que nunca” valga para todo. Y lo hacen por lo cometido durante un período de tiempo exacto: 1865- 1960. Se han debido de olvidar de los afroamericanos inocentes que mantienen en prisiones abarrotadas; o de los afroamericanos a los que se niegan decenas de trabajos diariamente; o de la cantidad de siglos en que fuimos comparados con animales de carga. Y no ya de los afroamericanos, también se han debido de olvidar de los indios, los hispanos…Pero eso ya no es su problema. Ya han cumplido o, al menos, ya pueden dormir tranquilos si es que alguna vez no han podido hacerlo, que lo dudo. El titular llenará sus medios de comunicación y creerán que han crecido como Democracia.
No pretendo jugar a meterme en la piel de alguien negro o blanco, pues para eso ya está Michael Jackson. Tampoco es una historia irreal porque, desgraciadamente, muchos grupos minoritarios han sufrido y, lo que es peor, sufrirán alguna discriminación por la razón que sea. Y, si no hay ninguna, a alguien se le ocurrirá la manera de seguir privando de derechos fundamentales a algún colectivo. Y alguien encontrará su momento para pedirles perdón, aunque ni siquiera sea para aliviar sus conciencias. Para que luego digan que el ser humano es extraordinario.
C. Cartes, La Croaca, Oviedo, 30 de julio de 2008
cristina, ademas de no haber venid opa verme, estaba dispuesta actualizar eaen este momento cuando vi c.cartes. mejor, asi habra anfibioticosm´ñana ( pero nlod e no venir a gijon no lo perdono, quieres mas a tu periodico que ami, y eso que yo soy mas guapa y mas maja)
ResponderEliminarEl mejor perdón sería un batallón de fusilamiento anal formado por ¡En guardia, ar, firmes, disparen! grandes falos afroamericanos.
ResponderEliminarSally:
ResponderEliminarMenos mal que me corroboras que has estado en Gijón, porque solo oía la voz de Nahuel y llegué a pensar que era todo mañana. Y te prometo que yo queria ir por encima de todo, pero la burbuja laboral me tiene absorbida, jejejeje. Te pienso compensar a lo grande!!!
ah! mañana no, mentira
ResponderEliminarjejeje
Me ha gustado la idea del fusilamiento anal de nahuel.
ResponderEliminarP.D: sara? publica la entrada que estabas haciendo o a punto d hacer!
ya os he enviado el nuevo calendario a todos. mientra tanto, quién escribirá la siguiente historieta??
ResponderEliminarSi lo que falta nada más,es pedir perdón por haber dejado que me tortures.
ResponderEliminar