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Léelo con una mano en la panza y la otra, de proceder, en los cojones.
Mi nombre es Bob. Me llaman Bobby pero eso es sólo una broma porque peso 180 kilos. Cuando viajo en metro pago el doble porque ocupo un asiento y medio. Un amigo cabreado -y rollizo como yo- se queja de que los gordos pesamos más pero no por eso somos más ricos. Vivo en un cuarto piso y cuando alguien intenta subir conmigo en el ascensor, sudo muchísimo porque hay poco sitio y porque me preocupa incomodar a mis vecinos. Me ducho por las noches pero me cuesta jabonarme en zonas como la espalda y otros sitios.
He aprendido a ser feliz a pesar de todo. Las chicas no me quieren pero de vez en cuando llamo a una de pago. Alguna vez se han negado rotundamente pero casi siempre que he ofrecido más dinero han aceptado cumplir con el servicio.
El año pasado intenté operarme por la seguridad social pero los médicos me dijeron que primero dejara los diez donuts del desayuno y que entonces quizá podríamos hablar de bisturíes.
Me parece divertido que ahora los periódicos se metan con los gordos de primera división como yo, sin ni siquiera distinguirnos de los gorditos de barriga cervecera de toda la vida. Y aunque hablen mal de nosotros, hablan, que ya es algo. Es una forma más de salir de mi anonimato, de normalizarme y de allanar mi camino hacia la fama y la felicidad.
De todas formas, que les den a los periodistas y a los médicos, porque me pienso comer diez donuts todas las mañanas, cueste lo que cueste, pese a quien le pese...
Henryque
La Croaca, 21 de julio de 2008
Léelo con una mano en la panza y la otra, de proceder, en los cojones.
Mi nombre es Bob. Me llaman Bobby pero eso es sólo una broma porque peso 180 kilos. Cuando viajo en metro pago el doble porque ocupo un asiento y medio. Un amigo cabreado -y rollizo como yo- se queja de que los gordos pesamos más pero no por eso somos más ricos. Vivo en un cuarto piso y cuando alguien intenta subir conmigo en el ascensor, sudo muchísimo porque hay poco sitio y porque me preocupa incomodar a mis vecinos. Me ducho por las noches pero me cuesta jabonarme en zonas como la espalda y otros sitios.
He aprendido a ser feliz a pesar de todo. Las chicas no me quieren pero de vez en cuando llamo a una de pago. Alguna vez se han negado rotundamente pero casi siempre que he ofrecido más dinero han aceptado cumplir con el servicio.
El año pasado intenté operarme por la seguridad social pero los médicos me dijeron que primero dejara los diez donuts del desayuno y que entonces quizá podríamos hablar de bisturíes.
Me parece divertido que ahora los periódicos se metan con los gordos de primera división como yo, sin ni siquiera distinguirnos de los gorditos de barriga cervecera de toda la vida. Y aunque hablen mal de nosotros, hablan, que ya es algo. Es una forma más de salir de mi anonimato, de normalizarme y de allanar mi camino hacia la fama y la felicidad.
De todas formas, que les den a los periodistas y a los médicos, porque me pienso comer diez donuts todas las mañanas, cueste lo que cueste, pese a quien le pese...
Henryque
La Croaca, 21 de julio de 2008
No tenía ni idea de cuándo me tocaba actualizar así que lo he hecho hoy...
ResponderEliminarDi que si, anarquia!!!
ResponderEliminarJeje, es broma
La prensa británica seguirá siendo incendiaria con los gordos, los flacos, los altos, los bajos... (como el anuncio de coca-cola)
ResponderEliminarPero sí que es verdad que los obesos sonn diana de la mayoría de nujestros chistes, si bien es verdad que nos lo ponen bastante fácil siendo la representación grotesca por exclenecia de nuestro modo de vida.
No quiero ser malo. Así que lo importante es la salud, y ese problema atañe diréctamente a ella.
Y en otro orden de cosas: Anarquís !Claro que sí!. Pero mantengamos vivo esto en la medida de lo posible.
Jajajjaa, y lo dice el que ha estado en paradero desconocido de anfibioticos una larga temporada.
ResponderEliminarSi me pasáis los e-mails de todos los componentes os paso un nuevo calendario.
ResponderEliminaryo solo he faltao una vez renacuajo...
ResponderEliminarentonces anarquia de momento, prq el verano es pr naturaleza anarquico. Pero eso sí, q aunque haya anarquía los anfibióticos nos inspiremos un poco más y, aunque sin ton ni son, sigamos publicando nuestras ficciones envasadas.
ResponderEliminarA mi la anarquía nunca me ha gustado. Me voy a la playa y tengo que saber qué día bajo al ciber para actualizar. No puedo estar pendiente todos los días y calcular cuándo me toca a mi.
ResponderEliminarPero bueno, si os gusta así a mi me da igual. El día que pueda conectarme actualizo y ya está. Si os gusta así, así seguimos. Al menos durante el verano.