Léelo mientras escuchas esto
Con sus idas y venidas de cabeza, había veces que se presentaba en plena cita sin ella.
Yo me enfadaba una barbaridad: “¡Me invitas a cenar y te dejas la cabeza en casa, me parece una falta de respeto enorme!”. En esos casos y a duras penas, él buscaba mis piernas con sus manos y me decía: “Enhorabuena, no tienes spam”. Se había pasado toda la tarde en la bandeja de entrada del correo electrónico. Esos días eran los que yo aprovechaba para recordarle que no era negro, y él no podía llorar hasta que no llegase a casa y, con suerte, para cuando ese momento llegase, ya se habría olvidado de todas las perrerías que yo le decía mientras mi hinchaba felizmente a kebabs sin que pudiese darse cuenta de que toda la salsa me bajaba desde la comisura de los labios hasta la barbilla.
Siempre que me tumbo en la cama con él, pienso que llegará un día en que la realidad virtual y la realidad “verdadera” coexistirán pacíficamente y se pueda entrar y salir de ellas sin necesidad de un visado.
Rana de ingle amarilla.
Yo me enfadaba una barbaridad: “¡Me invitas a cenar y te dejas la cabeza en casa, me parece una falta de respeto enorme!”. En esos casos y a duras penas, él buscaba mis piernas con sus manos y me decía: “Enhorabuena, no tienes spam”. Se había pasado toda la tarde en la bandeja de entrada del correo electrónico. Esos días eran los que yo aprovechaba para recordarle que no era negro, y él no podía llorar hasta que no llegase a casa y, con suerte, para cuando ese momento llegase, ya se habría olvidado de todas las perrerías que yo le decía mientras mi hinchaba felizmente a kebabs sin que pudiese darse cuenta de que toda la salsa me bajaba desde la comisura de los labios hasta la barbilla.
Siempre que me tumbo en la cama con él, pienso que llegará un día en que la realidad virtual y la realidad “verdadera” coexistirán pacíficamente y se pueda entrar y salir de ellas sin necesidad de un visado.
Rana de ingle amarilla.
Es increible esto. Hasta yo mismo, que tengo la cabeza llena de spam, se que un kebab nunca podrá pedirse por email. La tecnología es una realidad "verdaderamente" irreconciliable con el sistema artesanal de elaboración de kebabs.
ResponderEliminar